miércoles, 8 de julio de 2009


Cuando era sólo una pequeña mi mamá solía arroparme en la cama y me leía una historia. Era siempre sobre una princesa en señal de socorro y cómo un chico la salvaría y finaliza en la gloria. Descanso en la cama y pienso sobre qué era la persona que me gustaría ser, y que un día me doy cuanta de que la vida de los cuentos de hadas no era para mí. No seré como Cenicienta sentada en un oscuro frío polvoriento sótano, esperando que alguien venga y me rescate. No seré como alguien esperando por un hermoso príncipe que venga a rescatarme en un caballo blanco a menos que sea alguien a mi lado, no lo seré. Nada más prefiero rescatarme yo misma. Algún día voy a encontrar a alguien que quiera mi alma, mi corazón y mi mente, que no tenga miedo de mostrarme que me ama, alguien que entienda que soy feliz sólo de la forma que soy, no necesito a nadie que cuide de mí, voy a estar ahí para él, si él está ahí para mí, cuando me de cuenta de que está haciendo igual.Puedo matar a mis propios dragones, puedo soñar mis propios sueños, mi caballero de brillante armadura soy yo, voy a liberarme.

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