jueves, 18 de febrero de 2010

¿Quién soy? Sólo una sombra de lo que no fui, mi alma llora mientras mis ojos se niegan a sudar, mi cuerpo se despedaza en cansancio, pero mis párpados se niegan a consolarme, vivo, y la muerte me ronda como una amante, sutil abrazo de lo perdido, quiero llorar, pero el odio me mantiene fuerte, sufro, y el dolor me hace reír, ya no siento; el fuego consume mi alma y mi carne, un olor putrefacto emana de mi silencio, amo, y el amor es a los seres que me dejarán.
En cuánto sus alas de ángeles maduren, es justo, todos dejamos el nido, y cuando volvemos a él sólo quedan vestigios de lo que fue un amor incondicional,
¿para qué llorar ahora? hipocresía de nuestra parte, si cuando hubo el tiempo no lo quisimos mirar. Ahora, sólo resta raptarnos sobre nuestros vientres, reflejo de nuestras vidas odio y amor se entrelazan y se confunden, ¿justicia? nunca es como uno la quisiera aunque la encontremos bajo nuestros términos, el dolor es tan intenso, que ya no soy capaz de sufrir, y, aún así la gente se atreve a decir;  tienes mucho porque vivir.





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