domingo, 16 de agosto de 2009

Como un chico que juega a las escondidas tapandóse los ojitos creyendo que así no lo ven. Uno a veces cierra los ojos como si así fueran a desaparecer los problemas. Como si muerto el cartero, fueran a desaparecer las cartas fuleras. Uno se hace el perro que tumbo la olla, como si el dolor que siente no existiera. Uno detesta y ama a esa persona o a ese espejo que te canta las cuarenta. Uno detesta y ama a quién abre tus ojos. Duele abrir los ojos, es como salir de la oscuridad y la luz te enceguese. Ojos que no ven, corazón que no siente, mejor mirar para otro lado dicen, meter la cabeza abajo de la tierra como hace la avestruz. Pero para que algo cambie hay que romper la burbuja, hay que salir de la cajita de cristal, abrir los ojos y animarse a ver, aunque lo que haya para ver te estruje el corazón.

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